¿Qué podemos ver y encontrar en la aldea de el Fontanar? ¿Es un buen lugar para hacer turismo rural? La respuesta a esta y otras preguntas es sí. Esta región peculiar del Parque Natural de Cazorla tiene una buena historia que contar.

La aldea de Fontanar

Fontanar es una pequeña localidad perteneciente a Pozo Alcón (Jaén), situado al Sur del Parque Natural de la Sierra de Cazorla. La palabra Fontanar, significa nacimiento o agua de manantial, debido a los manantiales sobre los que se asientas sus casas.

Rocas calizas intensamente fracturadas y agrietadas, forman un gigantesco filtro por el que el agua penetra hacia el interior de la corteza terrestre hasta encontrar un nivel impermeable de archillas u otros materiales geológicos, que limitan y pongan fin al viaje del agua hacia el interior.

La palabra Fontanar, significa nacimiento o agua de manantial, debido a los manantiales sobre los que se asientas sus casas

Cuando todos estos condicionantes geomorfológicos y geográficos coinciden en un entorno concreto surgen lugares como el Fontanar.

Las aguas que manan las fuentes de Fontanar riegan las huertas que quedan Rambla abajo, pero en otros tiempos hacían funcionar un molino harinero situado al final de la Rambla (hoy desaparecido) y una pequeña central hidroeléctrica, la conocida como "Fábrica de la Luz", que generaba energía para iluminar a Fontanar.

Un importante desnivel lo separa del valle del río Guadiana Menor, dando origen a una ladera con profundos barrancos y de elevadas pendientes. Desde lo alto, enclaves como el Puntal del Lirio ofrecen vistas de prácticamente toda Andalucía Oriental. Es único, dentro del Parque Natural de Cazorla, su paisaje semidesértico, su flora y fauna esteparia.

Merece la pena perderse por sus barrios: La Loma, mirador natural al que hay que añadir la singularidad de las edificaciones: las casas cuevas; La Rambla, con abundantes manantiales de agua y vegetación que hacen de ella un enclave interesante y de gran atractivo natural.

El rio Guadiana Menor

El Guadiana Menor es uno de los principales afluentes del Guadalquivir, procede de la confluencia de los ríos Guardal, Castril, Cúllar, Baza, Guadalentín, Fardes y Guadahortuna. Su cuenca, con 7215 km2, es la segunda en importancia después de la del Genil. Su caudal está regulado por el embalse del Negratín.

Detalle del mapa topográfico nacional en el que apreciar el Guadiana Menor

Su cauce genera un amplio valle por el que el río serpentea formando hermosos meandros, entre chopos y olivos. Contrasta su verde paisaje con el  subdesértico en esta zona, considerada como una de las más seca del Parque Natural de la Sierra de Cazorla, Segura y las Villas.

Transporte fluvial de maderas

Los pinos salgareño y negral han sido el recurso serrano, natural, ecológico y renovable de mayor aprovechamiento en los últimos siglos. Ante la demanda de este producto para construcción naval, en 1751 el rey Fernando VI crea la Provincia Marítima de Segura de la Sierra, en la que incluyeron las Sierras de Cazorla y la Sierra del Pozo.

El método empleado para transportar la madera desde estos bosques hasta Sevilla, era el de la flotación, aprovechando la época del deshielo en la que los ríos llevaban menor caudal. Hasta los "aguadores" donde se embarcaba la madera, ésta se llevaba en carros tirados con mulos y bueyes.

Las piezas de madera eran dirigidas por los "pineros" una a una, salvando obstáculos y desniveles, para lo que era preceptivo acondicionar el río. Sólo cuando había que salvar algún tramo considerable de agua estancada, las piezas de madera se agrupaban en "armadías" y "reos".

La única experiencia de transporte de maderas hasta Sevilla utilizando unas embarcaciones llamadas "chalanas", se realizó durante el invierno 1805-1806 en el Guadiana Menor, saliendo la expedición desde la zona de Ceal.

Historia y enclave

Su enclave en las proximidades del río Guadiana Menor, parece ser que responde, como en otros casos (Cuevecillas, Hinojares, Ceal o Arroyo Molinos) a la necesidad de fijar puntos intermedios de descanso en la ancestral ruta marcada por el río, que conectaba el Levante Español con el Valle del Río Guadalquivir.
    
Constancia de estos asentamientos, aunque no excesivamente estudiados, los tenemos en los yacimientos de la cultura argárica (S.II a. de Cristo) situados en la ladera del río Guadiana Menor, cerca del deshabitado poblado de Cuevecillas, localidad vecina de Fontanar.

Copa argárica

Posteriormente, durante el periodo árabe, se sabe de la existencia del Castillo de Chiellas, sobre el Cerro de Pueblezuelo, muy cerca del Fontanar, unos 2,5 km hacia el Guadiana Menor. En 1231, el Arzobispo de Toledo Rodrigo Jiménez de Rada conquista las villas de Quesada y Toya junto con una extensión de territorio que comprendía un número de asentamientos menores. La crónica De rebus Hispaniae los denomina castra, y testimonios documentales posteriores, confirman su carácter de enclaves fortificados.

Tres de ellos nos interesan aquí: Agosmo, Concha y Chelis, las versiones romances de los tres topónimos son respectivamente Aosin > Ausín (lo que muestra que Agosmo es una mala lectura de Agosino), Cuenca y Chiellas / Chellas > Chíllar. Los tres fueron abandonados a mediados del siglo XIII.

Sin embargo, la primera constancia escrita de la existencia de Fontanar la encontramos en el Archivo de la Iglesia Parroquial de Pozo Alcón, donde encontramos "que era vecino de Fontanar el primer bautizado" en dicha Parroquia.

Flora y fauna

La vegetación de la zona, es principalmente arbustiva y herbácea; abundan los espinos, coscojas, belchos, retamas, alcaparras y especies aromáticas como romero y el tomillo, siendo escasos los ejemplares arbóreos si exceptuamos las repoblaciones de pinos y las choperas y tarajes de los márgenes del río.

La flora, propia de las estepas áridas del norte de África, nos ofrece algunas singularidades como la porra del lobo o la esparraguera de tallos cortos y duros que tan deliciosos frutos nos regala todas las primaveras.

Imágen de un pardillo común

La fauna, al igual que la flora, tiene los mismos rasgos esteparios. Abundan las especies que prefieren espacios abiertos como la perdíz roja, la terrera, la collalba rubia, la urraca, el triguero, el pardillo común o la carraca. También abundan el jabalí y la cabra montés, facilmente visibles cuando descienden al río en busca del agua, y el conejo o la liebre.

La agricultura nos ofrece, en primer lugar, el producto por excelencia de la zona: un aceite de oliva de la mejor calidad, las almendras, frutales y variados productos de huerta. Entre la ganadería podemos destacar los corderos, conejos y cerdos.

Nucleo urbano

El núcleo de la población de Fontanar se extiende sobre una superficie de unos 2 km2  en una franja alargada con orientación norte-sur. Aunque existen zonas con nuevas edificaciones.

Por su particularidades debemos destacar estas zonas bien diferenciadas en: La Loma y La Rambla.

En La Loma, las viviendas se dispersan por la ladera oeste, generando un paisaje semiurbano peculiar, al que hay que añadir la singularidad de sus viviendas y cortijos. Desde esta zona se puede observar, gracias a su altitud, desde el Parque Natural de Cazorla a los llanos de las hoyas de Baza y Guadix y Sierra Nevada.

La Rambla, en la que se distribuyen viviendas a ambos márgenes, encontrarás manantiales de agua y vegetación naturales. Predominan en esta area las edificaciones tópicas: las casas cueva a las que, generalmente, se les ha anexionado edificación posterior y un huerto en la parte delantera. Las distribución de las viviendas no forman calles bien delimitadas, todo lo contrario, se dispersan de forma irregular.

Iglesia de la Sagrada Familia

La Iglesia de la Sagrada Familia, erigida durante la primera mitad del siglo XX, tiene su origen en la generosidad de los hermanos de un colegio en Madrid. Estos donaron a la aldea una imagen de la Sagrada Familia, la cual era trasladada de un cortijo a otro. Al atardecer, caminaba entre olivares para rendir homenaje al altar preparado por otra familia. Este fervor inspiró la idea de construir una ermita.

Imagen de la Iglesia de la Sagrada Familia y elementos de la escena del Belen Viviente en el fontanar

Un matrimonio donó los terrenos, mientras otros colaboraban trayendo piedras de los puntales, algunos aportaban jornales, y otros contribuían económicamente. Tras casi cuatro años de arduo trabajo, la construcción fue finalizada y se inauguró en mayo de 1961. En 1966, se segregó de la Iglesia de la Encarnación en Pozo Alcón, dando lugar a la independencia de la Iglesia de la Sagrada Familia de Fontanar.

La Iglesia de la Sagrada Familia, erigida durante la primera mitad del siglo XX, tiene su origen en la generosidad de los hermanos de un colegio en Madrid, que donaron a la aldea una imagen de la Sagrada Familia, en un matrimonio que donó los terrenos y en el trabajo colaborativo de los vecinos de El Fontanar.

El interior de la iglesia es modesto, con laterales en zigzag que albergan diversas imágenes. El altar, de elegancia sobria, está presidido por una imagen de Cristo Crucificado. Este lugar de culto refleja la colaboración y devoción de la comunidad, destacando como un símbolo de unidad y fe en Fontanar.

Tradiciones

Arraigados en sus tradiciones y costumbres, los vecinos de El Fontanar nos ofrecen modos de vida tradicionales (valga la redundancia). Todavía es frecuente ver mujeres lavando en sus fuentes. Testigo de ello es el antiguo lavadero que podemos encontrar en las inmediaciones de la aldea.

El Fontanar tiene una gastronomía tradicional y similar a la de toda la zona: las gachas, las migas, los maimones, los tallarines o el pan casero. Además, es habitual entre los vecinos de Fontanar elaborar conservas caseras, vino, chacinas y conservas derivadas del cerdo: chorizos, salchichón, morcilla, relleno, sobrasada, salazones, etc. Todas ellas basadas en recetas tradicionales.

Detalle de peregrinos a la Romería de San Isidro de Francisco de Goya

Entre sus fiestas hay que destacar La Romería de San Isidro, que se celebra el fin de semana posterior al 15 de mayo (festividad del santo). Esta celebración tiene un sabor popular. Desde meses antes los vecinos preparan carrozas que se desplazarán a Pozo Alcón a recoger el Santo. Los fontaneros se afanan en conseguir la carroza más bonita y llevarse el primer premio del concurso.

Actividades al aire libre

Los alrededores de Fontanar ofrecen buenas posibilidades para realizar actividades al aire libre. Los amantes de la caza disponen de más de 4.000 Ha. de monte bajo en las que practicar este deporte en las modalidades de caza menor y caza mayor.

Son abundantes, en la modalidad de caza menor, especies como: perdiz, conejo, liebre, paloma torcaz, codorniz, etc. No es necesario buscar mucho para encontrarnos con parejas de perdices con sus polluelos entre los arbustos o escuchar el reclamo de los machos al amanecer.

En cuanto a la caza mayor, destacan los ejemplares únicos de jabalí, que con frecuencia dejan rastros de su presencia en zonas de cultivo muy próximas a la población y machos de cabra montés.
 
Para los que les gusta dar largas caminatas, sin rumbo fijo y sin prisas, tienen en los alrededores la posibilidad de añadir, junto al gusto por el paseo, la satisfacción de regresar del mismo con algún que otro tesoro:

  • Plantas silvestres comestibles como espárragos, setas de chopo, cagarrias, setas de cardo, criadillas, alcaparras,…
  • Plantas aromáticas como hinojo, tomillo, romero, té de roca, matalahuva,…
  • Abundantes restos fósiles y minerales cristalizados.

Ruta etnográfica

Está diseñada para iniciar la primera parte del recorrido en el cruce de la localidad del Fontanar. Siguiendo la señalización nos llevará por el margen derecho de La Rambla, en la que se distribuyen  las viviendas a ambos márgenes de un barranco natural con fuentes y manantiales de agua que nos acompañará con el sonido de su cauce. Predominan en esta zona las edificaciones típicas: las cuevas que se dispersan de forma irregular sin formar calles bien delimitadas.

Podemos visitar la Iglesia de la Sagrada Familia, el lavadero tradicional, las fuentes naturales, los huertos domésticos, las eras típicas y el escenario natural del Nacimiento Viviente.

Mirador y punto geodésico Puntal de Lirio en el Fontanar, Pozo Alcón (Jaén)

La segunda parte del itinerario discurre por La Loma: caminos y sendas que nos conducirán entre las casas cueva de la ladera. En el recorrido encontrarás miradores con amplias vistas de Andalucía Oriental. Al final de La Loma, se encuentra el Acueducto de Catalina, conocido popularmente como "Puente de los Ojos".

Acueducto de Santa Catalina, conocido como Puente de los Ojos

Es un acueducto de 78 arcos de medio punto de una planta, de mampostería, sistema tradicional de construcción que consiste en erigir muros y paramentos mediante la colocación manual de los elementos o los materiales que los componen. El acueducto fue construido con piedra de la zona -turronera- y argamasa (tipo de mortero empleado en la construcción, compuesto por cal, arena y agua) de la región durante la primera mitad del siglo XX.

Itinerario

  1. Situándonos el inicio de la ruta en Fontanar. Es recomendable tomar el tiempo necesario para dar una vuelta por este pequeño pueblo y recorrer la Rambla donde podremos ver las fuentes de agua fresca y cristalina, el lavadero público, el escenario del “Nacimiento Viviente”, las cuevas y deliciosos rincones
  2. En la Loma, encontrarás las viviendas tradicionales del pueblo: las casas cueva que conforman un paisaje semiurbano.
  3. Siguiendo las indicaciones nos dirigimos al Mirador del Lirio
  4. Regresamos sobre nuestros pasos y al llegar a la carretera giramos a la derecha. Seguimos la carretera hasta llegar a un carril a nuestra derecha, junto a un cortijo, para aproximarnos otra vez al Cejo del Guadiana. Seguimos el carril (unos 100 m. a pie) para contemplar la Cerrada de la Puerta.
  5. Retomamos la ruta hasta llegar de nuevo al Puente Catalina.
  6. Seguimos por un carril que sale a asciende a nuestra derecha siguiendo la línea del Cejo.
  7. Sin abandonar el carril hasta llegar a otro (mejor conservado) tras pasar unas cuevas abandonadas. Para bajar al Guadiana giramos a la derecha.